SINOPSIS:
Es lunes. La inspectora Lur Duarte acaba de ser ascendida y
trasladada al departamento de homicidios. Cuando por fin la falta de autoestima
e inseguridades no son obstáculo para su trabajo en narcóticos, debe adaptarse a un mundo diferente en otra
comisaría en la que los casos sin resolver se amontonan. Le asignan como
compañero al inspector Jon Londe, un veterano muy hecho al cuerpo y a
investigar sobre el terreno. Lur no llega sola, se traslada con ella Esther,
una antigua compañera a la que no soporta en absoluto, pero que jugará un papel
muy importante en toda la investigación, y en su vida.
El pasado de la protagonista es muy oscuro. Alguna forma de
amnesia no le permite rememorar gran parte de su juventud, y lo poco que
recuerda le atormenta día tras día. Un terrible accidente de tráfico arrancó a
sus padres de su lado dejándola a ella en un estado prácticamente vegetal y al
cuidado de una tía, hermana mayor de su madre, a la que ni siquiera conocía.
Aún no ha terminado de adaptarse a su nuevo trabajo, cuando
el comisario Ginés les envía a investigar un caso de homicidio: una mujer ha
sido asesinada de forma brutal en su propia casa, y el escenario del crimen
parece representar algún tipo de fábula espeluznante. Así comienza una semana
vertiginosa en la que noche tras noche se va a perpetrar un crimen en similares
condiciones. El asesino parece seguir un patrón y Esther ha descubierto que se
basa en un libro del poeta romano Ovidio: “Las Metamorfosis”. En el depósito no
dan abasto, las pruebas son inútiles y no cuentan con los medios para poder
afrontar la situación. Las primeras indagaciones les conducen a la Fundación Rosa de Vida, un centro
dedicado a la investigación psicológica, y lugar de trabajo de la primera
víctima. Es ahí donde comienzan a desbloquearse los recuerdos de Lur: ella ya
había estado allí, y no de pasada; en algún momento de su vida aquel extraño lugar
había sido su hogar. No comprende, ni es capaz de hilar, las visiones que se
están abriendo paso en su cabeza, pero a la vez todo va adquiriendo lógica en
su incoherente existencia. En la Fundación, sin comprender
muy bien cómo, consigue colarse en una estancia protegida con una contraseña
que oculta a un prisionero: Enzo, el supuestamente desaparecido en la guerra de
Iraq, hermano de la primera víctima. Permanece inconsciente y Lur está decidida
a rescatarlo, pero tendrá que aguardar al momento adecuado.
Según avanzan en la investigación, va descubriendo aterrorizada que todo
conduce hacia ella, que incluso conoce a alguna de las víctimas, comprendiendo
aterrada que de un modo u otro parecen merecer lo que les está sucediendo. Enzo
se va a convertir en la clave de la investigación que Lur lleva por su cuenta,
a espaldas de su compañero Jon, con quien mantiene una relación platónica y muy
tensa, y Esther, en quien vuelca sus celos y frustraciones, procurando así evitar
que las sospechas recaigan sobre ella antes de llegar a descubrir cuál es su
papel en toda la historia y por fin poder desentrañar su pasado.
En paralelo, podemos conocer los pensamientos de Laga, que le roba el protagonismo a Lur en
alguno de los capítulos, convirtiéndose en la narradora de los crímenes que
noche tras noche va perpetrando. Gracias a ella vamos a conocer a un “Grupo”
poderoso que controla el futuro de muchos y que va a ser el organizador de los
ajusticiamientos que Laga está llevando a cabo.
Hola, Mika. Ayer mismo terminé de leer "La ley del dios ciego" y tenía pensado mandarte un mensaje cuando publicara la reseña en el blog, pero no podía esperar para decirte que no te imaginas lo muchísimo que me ha gustado la historia. De todas formas, cuando publique la reseña te avisaré, por si te apetece leerla. Un abrazo, y gracias por haberme hecho disfrutar tanto con esta lectura.
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