martes, 13 de marzo de 2012

Cuando la escritura me encontró


Sé que he estado muy vacía, en ocasiones demasiado como para no avergonzarme al recordarlo.
Y cuando por fin me identifico, me conozco y sé quién soy, de pronto la vida ya no es suficiente para mí; necesito sentir más, hacer más, avanzar. Así que pienso “quizá tocar algún instrumento…” y me compro una guitarra acústica estupenda que ahora mismo se pudre de asco en el trastero de casa. Entonces “decididamente será la pintura…”, y las tiendas de Bellas Artes comienzan a adorarme (conmigo estaban haciendo el agosto). “Creo que me confundí otra vez…” tengo que reconocer muy a pesar de mi pegajoso orgullo.

Así que una tras otra encuentro pasiones que me desapasionan en escasos tres días. Y busco y busco y pinto y toco la guitarra… ¿Quizá la alfarería? ¿Y si hago un curso de tornero fresador? ¿Tal vez esgrima? Creo que de nuevo se han puesto de moda los torneos medievales...

Nada.

Y entonces, un buen día, una extraña y bastante sádica idea rebota contra mi cabeza que en esos momentos se encuentra totalmente inmersa en el mundo de las artes varias. Necesito escribirla, no quiero que se me olvide semejante escenario macabro. Así quizá luego lo plasme en mi cuaderno de dibujo titulándolo “Asesinato Espeluznante en las Entrañas del Infierno Infernal” (no vaya a ser que luego se me olvide la manera de desmembrar un cuerpo humano de una forma tan romántica); o puede que le componga una balada heavy con la guitarra, o ¿por qué no? quizá la idea me quiera acompañar al curso de esgrima. La realidad es que tenía que dejar constancia de esa idea, así que me puse a escribir. Para cuando me di cuenta se me había ido de las manos, iba por la página seiscientos y ya me había cargado (en el papel, claro, que me sentía vacía pero no de conciencia) al menos a cuatro o cinco personas de las maneras más pintorescas siguiendo el dictado de mi cuanto menos preocupante imaginación.

Sé que mi técnica no es estupenda, que mis ideas pueden ser tontas, faltas de gusto o inteligencia, y que desde luego no soy una estricta literata; pero esa no es la cuestión. La cuestión es que por fin me siento llena y me expreso cómo y cuando quiero. Me encanta que la gente lea lo que escribo y me cuente lo que ha captado, lo que no le ha gustado, lo que sí… Es emocionante hacer sentir.


Y por si a alguien le interesase, yo me siento bien.

MIKA

1 comentario:

  1. Y como a mi me interesa, me encanta que te sientas bien. Tiene que hacerte muy feliz haber dado con algo que te llene de tal manera que te haga sentirte así. Ojalá yo algún día dé con lo que a mi me pueda llenar de la misma manera y me haga tan feliz. Te deseo mucha suerte en tu "nueva" aventura, pero eso ya lo sabes...

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